sábado, 3 de agosto de 2013

Day 3 - Your Parents

Mis padres son un caso, pero no voy a ahondar demasiado en por qué lo creo así. Los que sí les puedo decir es que toda mi vida he estado convencida de que no soy como ninguno de los dos, aunque cada uno insista y asegure que soy la cagada del otro. «Carajo, eres igualita a tu mamá!» «Es que eres 'Tepedino' por dónde se mire!». Yo al final no sé hasta qué punto es bueno o es malo parecerme a mis padres en algunos aspectos, porque cada uno lo hace parecer como una cosa terrible, pero al fin y al cabo son quienes me hicieron.

Lo que sí les puedo decir, es que si bien yo nunca he logrado verlo, aparentemente en lo físico soy igual a mi papá. Tanto, que si mi madre no me hubiese parido, tendría dudas sobre su maternidad. Sin embargo, esta semana me pasaron - o mejor dicho, hice - dos cosas que me asustaron. El domingo una amiga fue a casa. Yo aún no había tendido mi cama y ella se sentó sobre la sábana. La hice levantarse para poner el cubrecamas y que se sentara ahí, porque «con ropa de calle no te puede sentar ahí». El lunes al salir de clases fuimos a la pizzería de la esquina. Cuando dos de los chicos terminaron de comer vi que habían dejado los cubiertos en X. No me aguanté y los acomodé, ambos apoyados uno al lado del otro de un lado del plato. Otro chico me miró con cara de «qué hacés?», y al percatarme de lo que había hecho exclamé con horror «¡soy mi madre!». Entonces no, ninguno de los dos me puede negar.

Se los presento, para quienes no los conocen:


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