martes, 26 de julio de 2011

Al Final, a todos los veo Igual.






¡ES QUE TODOS LOS HOMBRES SON IGUALES!
Con esta afirmación vociferada a todo gañote por la vecina del piso de arriba me desperté pasada la medianoche de ayer, con temor de tener que presenciar luego como el cuerpo de su pareja pasaba en caída libre frente a mi ventana y luego escuchar el coñazo. Si les soy sincera, en ese momento lo único que se me ocurriría decirle al pobre sería “tranquilo pana, que del suelo no vas a pasar!”

A la chica no la culpo, porque vamos a estar claros: en algún momento sí que son todos iguales. En algún momento ese chico tan divino, tan genial, tan sensible, tan… distinto, se va a parecer a todos los demás que ya habías descartado por ser “igual a los demás”. Tampoco culpo de todo al chamo, porque, de nuevo, vamos a estar claros: las argentinas pueden llegar a ser un poquito histéricas sin motivo aparente.

A raíz de un reciente encuentro con un ex, terminé en una conversa con una amiga (de esas con las que terminas haciendo amistad por ese cuento que nació a raíz de último despecho de cada una) sobre las cosas que típicamente hacen y dicen los hombres después de terminar una relación. Una se da cuenta que no es chiste eso de que debe existir un librito negro con cubierta de cuero, llave maestra y candado, con infinidad de tips, frases hechas y anécdotas sobre mascotas enfermas que se van pasando de generación en generación. Existirán unas 5 o 6 variables de cada frase y cuento, pero la base es la misma.
Según esas variantes, podemos identificar a varios prototipos de Ex, según la actitud que toman post break-up, a saber:

1.- El del “pero sigamos siendo amigos”: Usualmente es él el que termina la relación, los motivos pueden ser variados, pero “nunca eres tú, siempre es él”, por lo que no importalo que hagas o dejes de hacer, no habrá manera de que esa relación funcione. Eso sí, tienes que estar clara en que “sí eres tú”, pero él no es tan rata como para decírtelo. Por supuesto, la ruptura amorosa nunca estará completa sin el ya bien conocido “pero sigamos siendo amigos”. No entienden que no queremos ser sus amigas, y menos si el lazo que nos unía en un principio, no era precisamente la amistad. Ojo, que con esto no quiero decir que en algunos casos no sea posible. Yo he tenido algún novio y he salido con chicos con los que hoy en día mantengo muy buena relación de amistad, pero obviamente no siempre es posible, aunque algunos hombres insistan en que todas sus ex tengan que ser sus panas del alma después de terminar. Mira, no siempre da.

2.- El del sentimiento de culpa: Algunas relaciones terminan de la peor manera posible, y en muchos de estos casos, no aplica el “no eres tú…” porque aquí casi siempre es él el culpable. Te rompe el corazón en mil pedacitos, pero eso sí: su intención nunca fue hacerte daño, te tiene un gran aprecio, y si pudiera volver atrás y hacer las cosas de otra manera, lo haría con tal de no herirte. Es el típico que te deja, pero no te dejar ir, por lo menos hasta no estar seguro de que ya lo has perdonado, o por lo menos “ya no lo odias”. Pero bueno chavón, a pensar las cosas bien para la próxima, no? Que ya el daño está hecho y yo no estoy para mitigar los sentimientos de culpa de nadie. ¡No señor!

3.- El “aquí no ha pasado nada”: Son los que actúan como si la relación no hubiera existido nunca y llegan después de la ruptura con su cara como una piedra, como si nada hubiera pasado entre ustedes (bueno, malo, épico o desastroso), a saludarte como una pana/amiga/compañera de trabajo o clases/vecina más, y una con su poker face se pregunta: “¿será que a este tipo le da igual o simplemente es un tarado sin tacto?”. En la mayoría de los casos, se trata de un tarado sin tacto, así de simple, porque chicos, sincérense: ustedes son así de simples, o mejor dicho, así de simplones. No vengas tú!

4.- El que cuando corta, la corta: en algunos casos, es más sensato. Cuando se termina la relación, la corta por todos lados, lo que termina beneficiando a los dos, pues cada quien sigue con su vida tan tranquilo. Si pasado un tiempo te lo encuentras por la calle, sin problema alguno te saluda, te pregunta de tu vida, haces lo propio, y cada quien sigue su camino felizmente. Sanito, sin drama. Claro, que no siempre todo es tan lindo y bello. A veces se corta por completo la relación porque no se pueden ver ni en pintura. El “si te he visto, no me acuerdo”, si se quiere. En ese caso, si lo ves caminando por la calle, la única acción a tomar (del que percate primero de la presencia del otro) es cambiarse de acera rauda y velozmente y esquivar el momento incómodo. Pero no me malentiendan: también esto es muy sano.

5.- El “douche”: es un poco de cada uno de los anteriores. Dicen querer ser amigos, dicen querer saber que tu vida va bien, pero pasado un tiempo, se comportan como verdaderos patanes contigo. Son peores después de terminada la relación que cuando estaban juntos, y aunque siempre digan “tú nunca hiciste nada mal” (sea cierto o no), constantemente te hacen sentir como si la hubieras cagado, re cagado y restregado. Aquí es un asunto de ego, de creer que todavía te tienen comiendo de su mano y, por ende, que pueden darse el lujo de tratarte mal, cometiendo el error de pensar que tú te lo vas a calar. Niñas: mándenlos a volar. Lejos, bien lejos, porque una “te es” muy divina (y así tiene que sentirte) como para bancarse a pendejos que necesitan un boost para su ego. Mira chico, que una tampoco “te está” para eso. Ningún, ningún!

Al final, mis queridas, que los Ex siempre van a querer quedar bien con una a toda costa, porque se les olvida rapidito que ya han quedado para el orto, aunque a veces nos tome más tiempo darnos cuenta. Esto “te es” así. Estos muchachos siempre nos van a hacer renegar, y no nos queda más que aceptarlo y disfrutar de lo que venga mientras se pueda (y quien te quita lo bailao), encerrarte en un cuentito de Disney a esperar a que llegue el príncipe inexistente o tomar un enfoque más práctico y empezar a salir con otras mujeres. Así que chicas, no digan que opciones no tienen.