domingo, 19 de diciembre de 2010

Cristo Viene, y Maneja para el Orto!




No sé si pasa en todos lados, pero en Venezuela los hombres insisten en que las mujeres somos terribles conductoras. En algunos casos, tienen razón. Pero muchas veces (y me atrevería a decir que en la mayoría de los casos), son ellos, conductores masculinos que tanto se jactan de ser los Schumacher de las autopistas y carreteras venezolanas, quienes causan los peores accidentes, o mínimo, me hacen pasar más bronca cuando me toca manejar "en contra de ellos".

Para nadie es secreto que manejar en Caracas (y llegar sano -física y mentalmente- a destino) es toda una hazaña, no sólo por las insufribles horas de tráfico que pasamos para llegar a un lugar que queda a 3 kilómetros de distancia, sino por la absurda cantidad de choferes from hell con los que nos topamos en esos 3 kilómetros. Que se comen la luz, que se pegan a la corneta desde ese primer milisegundo en el que cambia el semáforo, que no respetan el paso peatonal y le tiran el carro a quien se atreva a cruzar la calle por el rayado cuando se enciende el muñequito verde que camina. Por supuesto, no puede faltar aquel que te lanza el carro cuando intenta cambiar de canal, sacándote de la vía y casi tirándote contra la defensa.

Estos conductores nada tienen de buenos samaritanos. Demasiado lejos de eso. Aunque eso sí: se las dan de perfectos cristianos! Sí sí, leyeron bien: Cristianos.

Desde que regresé de Madrid hace ya casi un año y hasta el sol de hoy, cada vez que salgo en el carro con Irving (mi Bro), él me llama la atención sobre cada conductor bruto que se nos atraviesa en el camino cometiendo las infracciones más ilógicas que nos podamos imaginar, y siempre hay un común denominador. No, contrario a lo que ustedes chicos pretenden hacer creer, no es ser mujer. Tampoco son todos taxistas, ni camioneteros, ni viejitos seniles, ni motoriza... bueno, motorizados sí... ellos siempre son. Pero el denominador común es  que todos, TODOS tienen una calcomanía del Cristo de Jose pegada en el carro. Todos, sin excepción.

Y me pregunto yo: de verdad hay en este país tantos tantísimos devotos del mencionado Cristo? Han ido tantos venezolanos, o en todo caso (basada en la muestra tomada), tantos caraqueños han ido hasta Jose a rendirle tributo? O por el contrario, es una simple moda, como las pulseritas Power Balance o los relojes esos de colores como de silicón (que son bien tukkis, vale acotar)?

En todo caso, lo que sí creo es que su actitud temeraria al volante seguramente se debe a que al llevar la imagen del Cristo de Jose pegada al vidrio trasero del carro, se sienten protegidos contra todo, incluso contra su propia imprudencia, y a cuenta de creerse protegidos, manejan como el "endemoniado taxista del infierno" (Chirvo dixit), lo cual, ya es bastante decir.

Así que con esto los invito a que, la próxima vez que vayan al volante, se fijen bien si el conductor que les tiró el carro es uno de estos endemoniados hijos de taxista devotos del Cristo de Jose.

3 comentarios:

  1. Jajajajaja justo por eso fue mi tweet de esta mañana. Iba de mi casa al trabajo y 3/3
    de los que hicieron la burrada más grande del día tenían calcomanías de "Cristo Vive", La Vírgen María con un borde de rosario y Jesucristo.

    Más que creer que están protegidos por Dios y por eso hacen estupideces, a mi me parece que es toda una hipocresía, dárselas del más religioso que lleva a Dios hasta en su vehículo y ser un completo hereje con tu ciudad y con tus "hermanos" ciudadanos (usando términos religiosos), cuando manejas sin importarte el prójimo o si haces las cosas correctamente o no. Porque segura estoy de que esa cuerda de mama frutas no llega a su casa o a la iglesia a decir: Dios, perdóname porque hoy manejé como un animal.

    Herejes todos les dije ya.

    Saludos Valen, que bueno saber que no pensaba esto yo nada más.

    V

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  2. Cuando uno está bajo los pies del señor puede hacer lo que sea y no importa porque se está blindado. De paso, hay que llegar temprano para cuando Cristo venga, por eso andan apurados. No te metas en el camino de José.

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  3. Los que están protegidos por Orimishamalá y demás yerbas son aún más temerarios

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