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viernes, 11 de diciembre de 2015

Seis eventos deportivos que marcaron 2015



Dos mil quince fue un año bastante movido en el mundo del deporte, no sólo por eventos y competiciones relevantes que tuvieron lugar durante los últimos doce meses, sino por hechos que, si bien no meramente deportivos, están relacionados con este mundo. 

Hemos destacado los seis hechos deportivos más importantes de 2015 de a las puertas de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro el próximo año.

Sorpresas, controversias y escándalos de corrupción marcaron al deporte mundial, y aquí les hemos preparado un pequeño recuento:


Rally Dakar





La de 2015 fue la 36ta edición del Rally Dakar, y la séptima que se realiza en Sudamérica. Comenzó en Buenos Aires el 4 de enero, recorriendo Argentina, Chile y Bolivia antes de regresar al punto de inicio el 17 del mismo mes tras 13 etapas de competición.

Fueron 9.000 kilómetros de recorrido en el que compitieron 406 vehículos: 161 motos, 45 quads, 137 autos y 63 camiones. Lograron finalizar pocos más de la mitad: 79 motos, 18 quads, 67 autos y 43 camiones.

El español Marc Coma se coronó con su quinto título en motocicleta, seguido por su compatriota Jon Barreda. Por su parte, el polaco Rafal Sonik aseguró su corona inaugural en quads bordo de su Yamaha. Nani Roma se llevó su segundo título de la X-Raid Mini squad en la categoría de autos, mientras que Ayrat Mardeev continuó racha ganadora de Kamaz - una tercera victoria consecutiva en el Rally Dakar - en la categoría de camiones, con su éxito inaugural.

El Rally, sin embargo, no estuvo exento de la tragedia. El 6 de enero, mientras se disputaba la tercera etapa entre San Juan y Chilecito, el piloto polaco Michal Hernik de 39 años que competía en la categoría de motos, falleció de hipertermia y deshidratación en el kilómetro 206 de la Cuesta del Miranda, en la provincia argentina de La Rioja.


Escándalo de corrupción en la FIFA



El Caso FIFA, también denominado en el ámbito mediático como FIFA-Gate se dio a  conocer el 27 de mayo luego de que las autoridades suizas irrumpieran sorpresivamente en un hotel de Zúrich  como resultado de años de numerosas investigaciones de casos de corrupción en los que el máximo ente del fútbol mundial se ha visto involucrado.

Catorce personas, entre ellas nueve asociadas con el órgano rector del fútbol mundial, fueron acusadas en mayo de 2015, en conexión con una investigación del FBI de fraude, crimen organizado y lavado de dinero que ha durado varios años. Siete funcionarios de la FIFA fueron arrestados en el Hotel Baur au Lac en Zúrich el 27 de mayo; se estaban preparando para asistir al 65º Congreso de la FIFA, dentro de cuyo programa figuraba la elección del presidente de la FIFA2 entre dos candidatos, el actual presidente Joseph Blatter y el aspirante príncipe Ali bin Hussein.3 Se espera que sean extraditados a Estados Unidos bajo sospecha de haber recibido 150 millones de dólares en sobornos.
El escándalo fue de tal magnitud que resultó en la renuncia del número uno de la Federación, el suizo Joseph Blatter. dejó su puesto a disposición con el argumento de que se necesitan emprender nuevas reformas. Sus palabras fueron:

«Si bien tengo el mandato de los miembros de la FIFA, no siento que tenga el mandato de todo el mundo del fútbol, los fans, los jugadores, los clubes, la gente que vive, respira y ama el fútbol como todos lo hacemos en la FIFA».

Algunas de las asociaciones de la FIFA, como la CAF y la AFC, le mantuvieron el apoyo, mientras que algunas empresas patrocinadoras como Coca-Cola, Budweiser y Visa tuvieron una postura a favor de la renuncia por parte de Blatter, ya que sólo así se lograría un verdadero cambio en el mundo del fútbol.

El centro de detenciones sobre la supuesta utilización de cohecho, fraude y lavado de dinero para corromper a la apertura de los medios de comunicación y los derechos de comercialización de los juegos de la FIFA en América, que se estima en $ 150 millones, incluye por lo menos $ 110 millones en sobornos relacionados con la Copa América Centenario que se celebrará en Estados Unidos en 2016. Además, la acusación alega que el soborno se utilizó en un intento de influir en los contratos de patrocinio de ropa, el proceso de selección para la Copa Mundial de la FIFA 2010 de acogida y la elección presidencial de la FIFA en 2011.


Mundial de Fútbol Femenino



En marzo de 2011, Canadá ganó el derecho a organizar la séptima Copa Mundial de fútbol femenino de FIFA, la primera vez que el país anfitrión del torneo y la tercera vez que se celebra en América del Norte. En esta edición participaron 24 selecciones, versus 16 equipos que compitieron en el último mundial en 2011. Con la ampliación del torneo, ocho equipos hicieron su debut en el Mundial.

En lo tecnológico, el torneo contó con el debut dentro de la Copa Mundial Femenina de Fútbol de sensores para evitar goles fantasmas con el sistema de detección automática de goles, usado para determinar si el balón cruzó o no la línea de gol en situaciones dudosas. 

También fue la primera Copa del Mundo, ya sea para hombres o mujeres que se jugara en césped artificial. Hubo algunas preocupaciones iniciales sobre un posible aumento del riesgo de lesiones por jugar en césped artificial, además generar controversias por las condiciones de desigualdad de condiciones de juego respecto al torneo masculino.

El torneo comenzó el 6 de junio de 2015, y terminó con la final el 05 de julio 2015 con una victoria de Estados Unidos sobre Japón por 5 a 2.



Mundial de Rugby



La octava edición de la Copa Mundial de Rugby fue organizada por Inglaterra y tuvo lugar entre el 18 de septiembre y el 31 de octubre de 2015.

De los 20 países que compitieron en el Mundial de 2011, sólo hubo un cambio: Uruguay reemplazó Rusia. Esta fue la primera Copa del Mundo sin nuevos equipos al torneo.

Un hecho curioso que generó sorpresa e incluso malestar en el mundo del rugby se dio durante el partido entre Japón y Sudáfrica, en el que los nipones optaron por no anotar un penal en el último minuto para empatar el partido, y en cambio así marcar un try ganador en los minutos añadidos. Esto generó muchas críticas y mantuvo la atención de los medios desde el inicio del torneo.

Otro dato color es ninguna selección del hemisferio norte llegó a alcanzar los cuartos de final. La gran sorpresa del torneo fue Argentina, que superó las expectativas de sus hinchas después de un año sin grandes alegrías.

Nueva Zelanda se coronó campeón al superar a Australia, mientras que Sudáfrica derrotó a Argentina para completar el podio.


Copa América



El anfitrión de la 44va edición de la Copa América fue Chile. La competición organizada por la CONMEBOL tuvo lugar desde el 11 de junio hasta el 4 de julio de 2015 y en ella participaron 12 selecciones, de las cuales fueron invitadas México y Jamaica, pertenecientes a la CONCACAF.

Uruguay era el campeón defensor, sin embargo, vieron sus opciones truncadas cuando fueron eliminados por los anfitriones en los cuartos de final. Chile ganó su primer título al derrotar a Argentina en la final en la tanda de penaltis después de un empate sin goles. Como campeón, se clasificó para la Copa FIFA Confederaciones 2017 en Rusia.


La pelea del Siglo 



La pelea entre Mayweather – Paquiao fue la que más recaudó en la historia, con una venta récord de 4,4 millones de abonos de PPV (TV paga en los hogares, a 100 dólares cada uno). La cifra, fundamental en los ingresos generales que superaron los 500 millones de dólares, batió todos los récords anteriores originados por los combates que sostuvieron Oscar de la Hoya ante Floyd Mayweather, en 2007.

El estadounidense Floyd "Money" Mayweather derrotó por decisión unánime al filipino Manny Pacquiao en un combate sin drama ni sobresaltos donde ninguno de los dos pugilistas mostró ni siquiera destellos de lo que fueron en el momento cúspide de sus carreras, aunque Pacquiao fue claramente el preferido de los más de 16.000 asistentes y pese a que lanzó el mejor puño del combate en el octavo asalto, no pudo con el estilo defensivo y esquivo del estadounidense, la marca de fábrica durante toda su carrera.

Así, el estadounidense se quedó con las tres fajas del peso welter del Consejo Mundial de Boxeo, la Asociación Mundial de Boxeo y la Organización Mundial de Boxeo.



jueves, 1 de agosto de 2013

¡Púyalo, Limardo!

Esta crónica la escribí hace un par de meses para una clase de Expresión Escrita y me gustó cómo quedó (aunque a mi profesora la iba decepcionando con cada escrito, pero ¿quién la nombró a ella la reencarnación de Hemingway?). 


A exactamente un año de su proeza olímpica, un pequeño relato de cómo viví desde mi oficina en Buenos Aires la llegada del oro de Rubén Limardo.



¡Púyalo, Limardo!





            Hay deportes de los que no entiendo, que nunca he visto, y por los que nunca mostré el más mínimo interés a lo largo de mi vida. La esgrima siempre fue uno de ellos. Así, viéndola por encimita, no me atrapaba, no me parecía que tenía mayor chiste ni emoción. Pero eso cambió el 1 de agosto de 2012.
            No había estado prestando demasiada atención al desarrollo de los Juegos Olímpicos de Londres, más que nada, por falta de televisión, pero esa mañana me había enterado a través de las redes sociales de que había un venezolano con posibilidades de traerse una medalla a casa, puesto que había llegado a semifinales de espada del torneo de esgrima. Rubén Limardo, oriundo de Ciudad Bolívar, nos tenía a todos atentos.
            No llegaban a ser las 12 del mediodía de ese frío miércoles de invierno porteño. Yo apenas me instalaba en mi escritorio con una buena taza de café con leche en una mano, y con el teléfono siguiendo Twitter atentamente en la otra. Para ese momento ya Limardo ya había alcanzado la semifinal al derrotar en cuartos de final al italiano Paolo Pizzo. Mientras tanto, yo buscaba la página oficial de los juegos para poder ver en vivo el siguiente duelo.
            “¿A qué hora pelea con el gringo? – “¡En 15 minutos, y si le gana, por lo menos una de bronce se lleva!”. Finalmente encontré el stream. Ansias, expectación. Cuento los minutos y me olvido que tengo obligaciones laborales que cumplir, fechas tope y reuniones con clientes. “Luego me encargo de eso”.
            Un par de horas antes el otros esgrimista venezolano en competencia, Silvio Fernández, había caído en octavos de final contra el estadounidense Seth Kelsey, actual oponente de Limardo, así que estamos todos con los nervios de punta: yo en mi oficina, mis compatriotas en Caracas, Madrid, Toronto, Nueva York y en latitudes tan lejanas como Sidney siguiendo a Rubén y comentándolo por las redes.
            Hasta aquí sólo me atrevía a entusiasmarme con la posibilidad de ganar una medalla de bronce. Uno pone las esperanzas en su favorito, pero trata de no emocionarse demasiado, de no esperar demasiado para no decepcionarse si el triunfo no llega.
            Ya Kelsey había derrotado a Limardo en la final espada de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011, en un cerrado enfrentamiento que favoreció al norteamericano 12-10. Kelsey empezó ganando, y yo empezaba a rezar. No puede ser que éste sea el verdugo de los venezolanos. Pero a pesar de su largo brazo, Rubén fue más ágil, y se aseguró una medalla olímpica al imponerse 6-5.
            Twitter explotaba ¡Limardo a la final! ¡Vamos por el oro, Ruben! Nadie hablaba de otra cosa, al menos nadie que no fuera venezolano. Finalmente todos estamos de acuerdo en algo: nos olvidamos por un momento de la inflación, de la inseguridad y de la crisis política y nos dedicamos a apoyar a nuestro D’Artagnan.
            La final no será sino hasta las 14:30 en Venezuela, 16 de Argentina. Me tomo unos minutos para almorzar y finalmente hacer todo el trabajo que  había descuidado durante la mañana. Pero quiero hacerlo rápido, que no quede nada pendiente, porque la final no me la quiero perder por nada en el mundo.
            A pesar de mantenerme ocupada con mil pendientes, no dejo de mirar el reloj cada 3 minutos. Me desespero porque el tiempo no pasa, pero eso es lo normal cuando se mira la hora tan seguido. Es como mirar una olla de agua mientras se espera a que hierva, toma una eternidad.
            Las 4 de la tarde, finalmente. Ya Rubén Limardo y el noruego Bartosz Piasecki en guardia, esperando que comience el primer asalto. Me tomé la libertad de descolgar el teléfono para que nadie molestara. Empieza el duelo y ambos se ven muy parejos. Rubén con una ligera ventaja sobre el noruego, pero nada está definido. Mientras tanto, desde nuestras casas y oficinas le damos aliento usando etiquetas cómo #PúyaloLimardo #PorElOro y #VamosRubén. Sabemos que no nos puede leer, pero no importa porque sentimos que igual le damos fuerzas para ganar.
            Esta vez no se agotó el tiempo reglamentario. Estoy pegada a la pantalla de mi computadora viendo como en el último asalto la diferencia de puntos poco a poco se agranda. Hay esperanzas para Venezuela. Se viene nuestra segunda presea dorada, y la primera en estos juegos.
            En mí no cabe la emoción. Ni hablar de Limardo que corrió a los saltos por toda la pista con los brazos en alto tras obtener el último punto. Corrió a abrazar a su tío y entrenador Ruperto Gascón, quien junto a su madre le inculcaron desde pequeño el interés por esta disciplina. La sonrisa no le cabe en el rostro y a mí se me escapan unas cuántas lágrimas de alegría viendo la escena. Pocos minutos después cuesta más contenerse, al ver mi bandera y escuchar mi himno nacional sonar en Londres. Me hace recordar que cuando queremos, podemos ser grandes.
           

jueves, 2 de mayo de 2013

La Sub-17: Otro triunfo mal adjudicado - El deporte sigue politizado.

Hace unos días escribí un corto ensayo para mi clase de Expresión Escrita del ISEC sobre cómo en Venezuela el gobierno ha aprovechado los triunfos deportivos para utilizarlos como parte de una campaña de auto-prestigio y de propaganda, olvidando que el esfuerzo, la dedicación, la constancia y el talento es exclusivo de los deportistas, y así debe ser reconocido. 

Al día siguiente de entregar mi ensayo, el combinado nacional Sub-17 de fútbol regresaba de participar en el torneo Sudamericano de la categoría, clasificado al próximo mundial y como merecidos sub campeones. El gobierno, ni corto ni perezoso, tomó esto como otro "gran logro de la revolución". Rafael Dudamel, un maestro respondió "Venezuela somos todos".

Aquí les dejo el ensayo, a propósito de lo visto el martes pasado con los chicos de la Sub-17:



La Politización del Deporte en Venezuela

Venezuela es un país que en los últimos años se ha visto altamente politizado. No sólo en el ámbito que compete a quienes ejercen funciones públicas. Lo vemos a diario en la sociedad, que cada vez más participa, opina y se involucra en política. También se hace evidente en otros ámbitos, como el cultural y, por supuesto, en el deportivo.

La politización del deporte no es un fenómeno exclusivo de Venezuela. De hecho, no es siquiera exclusivo de América Latina. En España, por ejemplo, se hace evidente en cada final de la Copa del Rey cuando alguno de los finalistas es un equipo catalán o uno vasco. Se pita el himno español ante la presencia del Jefe de Estado o de quien vaya en su representación. Un hecho curioso para extranjeros, que no entienden bien por qué los ciudadanos de un país pitan a su propio himno. En ese caso son los ciudadanos con aspiraciones independentistas, pero hay otros en los que es el mismo Estado o, más raro aún, los mismos deportistas los que mezclan la política con el deporte.

Es muy común que el Estado se adjudique los triunfos de los deportistas venezolanos para tratar de atribuirlos a un proyecto político. La utilización de los éxitos de los deportistas de élite para reivindicar otros aspectos, sobretodo políticos, está totalmente fuera de lugar, pero no es fuera de lo común. Eso sí, mientras no sean exitosos, no cuentan con apoyo gubernamental. Menos aún quienes abiertamente expresan una postura política contraria a quienes detentan el poder. Tal es el caso de la ciclista olímpica Daniela Larreal, quien tuvo numerosos problemas para poder asistir a los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 por no tener acceso a divisas debido al control de cambio existente en el país desde hace 10 años.

Ruben Limardo, esgrimista olímpico que obtuvo la única presea de oro para el país caribeño en Londres tuvo problemas similares, aunque no por su postura política. No fue sino hasta que se coronó campeón olímpico que el gobierno comenzó a brindarle su apoyo, y él de vuelta al gobierno. Vale acotar que desde entonces no ha vuelto a presentar problemas para la obtención de divisas para entrenarse y competir.
Como estos, en Venezuela existen muchísimos otros casos claros de cómo la política puede incidir en el desarrollo de un deportista, de un club deportivo, o incluso de un torneo internacional. A lo largo de este ensayo nos concentraremos en dos casos particulares que son emblemáticos: el del Unión Atlético Maracaibo, y el de la Copa América de 2007.

El Unión Atlético Maracaibo es un equipo de fútbol venezolano establecido en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, en el occidente del país. Actualmente se encuentra en quiebra debido a malos manejos del Grupo América, a quienes fue cedido el club y luego lo utilizaron para crear otro club en Maracaibo.
El club había nacido en 2001 con el impulso del entonces Alcalde de Maracaibo, Giancarlo Di Martino, y fue apalancado por la inyección de capital de la Alcaldía, por lo que contaba con una fuente inagotable de fondos – públicos – que lo llevó a convertirse en un equipo millonario. Tanto es así, que en 2002 adquiere los derechos deportivos de Zulianos FC para jugar en la primera división. 

Bajo la gestión del despacho municipal el UAM se convierte en un equipo adinerado y comienza a armar una plantilla competitiva con lo más granado tanto del mercado local como internacional, con fichajes que casi ningún otro club en el territorio nacional tenía capacidad económica de hacer. En 2005 obtiene su primer título nacional y en las siguientes temporadas sigue blindando su plantilla con futbolistas altamente pagados.

No dejó de causar gran revuelo mediático – e innumerables críticas – cuando el 30 de diciembre de 2005, el Alcalde Di Martino, firmó la resolución 1.633, en la que daba instrucciones a sus dependencias de otorgarle al Unión Atlético Maracaibo el estadio “Pachencho” Romero en comodato y además la recaudación de impuestos del municipio por concepto de bingos y casinos. Las asociaciones que hacían vida en el “Pachencho” entraron en pánico, pues temían ser desalojadas cuando el centro deportivo quedara en poder del UAM. Finalmente Eduardo Álvarez, el entonces viceministro de Deportes, fue quien tuvo la última palabra sobre el comodato y dijo “no” a la intención de Di Martino, con el fin de evitar inconvenientes entre las asociaciones. Por su parte, Yeitter Urdaneta, intendente municipal del Servicio Autónomo de Administración Tributaria (Samat) para entonces, aseguró que no se le podía dar curso a las instrucciones del Alcalde, pues no era legal. Indicó que el Samat sólo podía dirigir los recursos de la recaudación de impuestos a un solo destino: la Tesorería Municipal.
El UAM había conquistado su primer torneo corto en la temporada 2002-2003 y alzó su primera estrella en la 2004-2005 y tuvo una carrera brillante tanto en torneos nacionales como competiciones internacionales como la Copa Libertadores de América. Pero esto duró tan sólo unos pocos años.

Tras esa era de esplendor y sobre todo después de noviembre de 2008, al elenco occidental le cambió drásticamente la cara. Di Martino perdió la reelección a la Alcaldía de Maracaibo y, sin fondos, el cuadro de sus amores acabó en Segunda B y endeudado con muchos de los jugadores.

El caso del UAM es un testimonio claro de cómo el inyectar dinero de fondos públicos puede lograr que un club de fútbol sea exitoso al tener la posibilidad de hacer fichajes millonarios y de contar con instalaciones de alto nivel, pero una vez que pierde acceso a dichos fondos, se produce una crisis que culmina con la desaparición del equipo.

La Copa América

La XLII edición de la Copa América se realizó en Venezuela entre  el 26 de junio y el 15 de julio de 2007, siendo la primera vez que este país albergaba esta competición.

De los países miembros de la Conmebol, Venezuela ha sido tradicionalmente el país en el que el fútbol ha sido menos desarrollado. De hecho, recién se afilió a la Conmebol en 1952 y participó en el torneo continental por primera vez en la Copa América 1967. A pesar de ello, el gobierno venezolano decidió invertir cerca de 900 millones de dólares destinados en mayor parte al reacondicionamiento y construcción de estadios, algunos de los cuales aún no se han terminado.

En las fechas previas al desarrollo de la Copa, el país estaba que ardía. El cierre de RCTV, el mayor canal de televisión abierta del país, apenas un mes antes, había desatado protestas en todo el país, y la popularidad del Presidente Chávez decaía con velocidad. Tanto del lado del gobierno como del de la oposición se aprovechó el gran componente mediático que generaba la Copa para tomar visibilidad en la región. 

La atmósfera de los estadios estaba cargada políticamente, lamentablemente, más allá del colorido y la algarabía de los aficionados al “Deporte Rey”, pudieron escucharse cánticos con consignas a favor y en contra del Presidente venezolano.

Otro hecho notable fue el que tuvo que ver con la compra y adquisición de entradas. Muchos aficionados que habían comprado sus entradas con antelación a través de internet (que era el procedimiento establecido), se sintieron estafados al no haber recibido a tiempo las mismas para el partido correspondiente. Muchos tuvimos que comprar entradas revendidas a militares de alto rango y a más del doble y hasta el  triple de su valor original. Hubo personas que ni siquiera pudieron comprar entradas, ya que en su mayoría – hasta el 70% de las mismas – fueron reservadas por alcaldías y gobernaciones y luego repartidas entre sus trabajadores, con el fin de asegurarse una presencia masiva de simpatizantes del gobierno nacional para minimizar la visualización de quienes protestaban en contra.




Otra de las muestras de politización se vio en la campaña publicitaria del evento. Vallas en las que se promocionaba la Copa con la imagen del Presidente Hugo Chávez. Su rostro aparecía junto a gigantografías de las selecciones participantes, junto Guaky, la guacamaya roja y mascota de la Copa, y básicamente en todo lo que tuviera que ver con el evento. No puedo dejar de hacer alusión a  los mosaicos humanos formando el nombre del primer mandatario nacional en el Estadio Metropolitano de Mérida durante la inauguración del torneo, ni a su discurso proselitista y mucho menos a su presencia y participación en el sorteo de los grupos ante la mirada atenta de Nicolás Leóz, presidente de la CONMEBOL para la fecha.

Se conoce de sobra la repercusión que tiene la política en  casi todos los ámbitos de la vida en sociedad, y aunque para muchos parece inaceptable que tenga influencia también sobre la esfera del deporte, lo cierto es que resulta ingenuo pensar que colosal magnitud de su poder puede ensombrecer, incluso, a una disciplina excluyente, que pareciera que nada tiene que ver con ella.

Ya sea por apatía de los gobiernos traducida en falta de apoyo a atletas o bien por la instrumentalización del deporte como estrategia que aporta adeptos a cada sistema gubernamental, el deporte termina sufriendo consecuencias perjudiciales que entorpecen su desarrollo. Tal como llegó a afirmar el ex presidente estadounidense Gerald Ford, “un acontecimiento deportivo puede servir a una nación tanto como una victoria militar”.

lunes, 4 de junio de 2012

20 Horas en Uruguay (Montevideo - las primeras 10).



Ansiedad, expectativa, emoción. Tres cosas que me mantenían en vilo la noche del viernes. Llegué del trabajo a las 8 con la intención de dormir un rato, hasta la 1 para salir al terminal de ferry. No pude dormir nada. Entre la ansiedad y el miedo a quedarme dormida pasé 5 horas dando vueltas en la cama.

Salí de casa a las 3. Viendo que el 130 no pasaba nunca, decidí tomar el 152 que me dejaba a unas 4 cuadras del puerto. Con esa decisión, comenzó una cadena de eventos que harían casi insufribles las siguientes 30 horas.

No tenía muy claro a qué altura de Almirante Brown debía bajarme, así que le pregunté al conductor: "Señor, voy a Predro de Mendoza 330, al puerto de Colonia Expréss. A qué altura debo bajar? Aquí o en la siguiente cuadra?". Él, muy amablemente me respondió que su ruta terminaba en esa Avenida, y que al llegar ahí debía bajar. De pronto me di cuenta que se iba alejando cada vez más y más de dónde to tenía que llegar, así que le consulté de nuevo. "Esta es Pedro de Mendoza, pero tú vas para el otro lado. Si no te sirve, puedes bajarte aquí". Me bajé, no sin antes mentarle la madre por haberme dejado a 15 cuadras del puerto, cuando estaba a 4 la primera vez que le pregunté.

Salí corriendo hacia el puerto. 4:30 de la mañana, por una avenida oscura en una zona horrible de la ciudad y sin un alma en la calle - esto es, un alma que no me fuera a robar o algo peor -. Ahogada seguí intentando corres, porque además, estaba por perder el ferry que zarpaba apenas unos minutos más tarde. Finalmente llegué al puerto, pero 2 minutos muy tarde. Felizmente pude viajar en el de las 8 de la mañana y llegué a Montevideo sin mayor contratiempo.

Hacía varias semanas que habíamos pedido acreditaciones de prensa por FútbolEsTodo.com, y yo ya había llamado a la Asociación Uruguaya de Fútbol para confirmar que estuvieran. "pasa el viernes por la AUF o el sábado directamente al estadio a retirarlas", me dijeron. Cual fue mi sorpresa, que las acreditaciones no estaban, no habían sido aprobadas aun cuando me habían dicho días antes que las podía retirar. Pero cómo es posible que no informen que no han sido aprobadas?  Aparentemente les cuesta demasiado enviar un mail, mucho más de lo que a uno le cuesta viajar hasta Montevideo. Finalmente decidió darme dos entradas para el Palco América, así que Mopa y yo decidimos intentar vender su entrada (que era para el mismo palco) y entrar con las dos que me dieron a mí.

No tuvimos suerte, así que decidimos entrar. Para nuestra sorpresa, la policía no nos lo permitió. La razón fue que, al ser visitantes, ellos no se harían responsables de nuestra seguridad. Wait.. what??? Y para qué están entonces? Entre otras cosas nos dijeron que para qué habíamos comprado esas entradas (muchos venezolanos tenían entradas para ese palco, no terminamos de entender como siendo visitantes, nos vendieron entradas para un palco local al que luego no tendríamos acceso). Tanto policías como funcionarios de la AUF nos dijeron que tendríamos que quitarnos las camisas de la Vinotinto si queríamos entrar, pero aún así no se responsabilizaban por nuestra seguridad. La otra opción era, de plano, quedarnos afuera, pero que debíamos agradecer que nos dieran aunque fuera esa pequeña tribuna, porque en principio no iba a destinarse entradas ni lugar para visitantes. Mirá que lindo, che!

Por suerte, Mopa y yo logramos cambiar nuestras 3 entradas de palco a una señora que iba a tribuna con sus dos hijos. El niño, de unos 10 años, fue el que la convenció (y le estaré eternamente agradecida!!!). Entramos. No cabía ni un alma en la tribuna, o mejor dicho, la media tribuna, ya que a pesar de que muchos tenían entradas para la parte baja (que fueron vendidas a visitantes) finalmente fue destinada para los locales. Así, la tribuna América de visitantes estaba completamente llena... hacinada para ser más concretos. Gente en las escaleras, pasillos y en la parte superior sin poder ver el campo. Por suerte conseguimos a un grupo bastante solidario que abrió un espacio para que pudiéramos ubicarnos. 

Finalmente ahí pudimos empezar a relajarnos y disfrutar del partido. El primer tiempo estuvo trabado por ambos lados. El segundo fue mucho más emocionante, sobretodo porque cerca del final llegó el empate de Venezuela con un gol de Salo Rondón. Ahí los uruguayos estaban enardecidos, comenzaron a tirarnos cosas y a insultarnos. Nosotros, como solemos ser los venezolanos, los chalequeábamos mientras seguíamos celebrando el gol y alentando mientras esperábamos a ver si caía el segundo. Ya e los 3 minutos de descuento, entre tantas cosas que nos lanzaron, me alcanzó una piedrita en la cara. Por suerte era pequeña y no me hizo nada, pero si me daba un poco más arriba, me volaba el ojo.

Terminó el partido y en lugar de dejarnos salir primero a nosotros, que siendo visitantes éramos considerablemente menos personas, salió primero la afición local. En la tribuna que teníamos al lado hubo gente que seguían en plan de buscarnos pelea. Un chamo con carita de "me iría demasiado" hasta tuvo la osadía de hacernos señas de que al salir nos iba a caer a tiros. Un pobre pendejo, la verdad.

Finalmente llegó la policía y los obligó a irse. Pasaban los minutos y aún no podíamos salir, así que mientras esperábamos, le pedí a Mopa que me tomara una foto con el campo de fondo. Había un espacio donde estaban tres chamos y un señor y les pedí que me dieran un permiso para poder tomarme mi foto. No se imaginan mi sorpresa cuando me di cuenta que el señor no sólo no se había apartado, sino que además decidió posar. Y unos minutos más tarde, al ver la foto, darme cuenta de que ese photobomb me lo había hacho nada más y nada menos que nuestro "ilustre" Manuel "si a mí me matan y yo me muero" Rosales. PA-VO-SO, yet, epic. Les dejo la prueba a riesgo de ser chalequeada el resto de mi vida, para que vean lo chévere que soy y cuánto pienso en ustedes:


Carlos Ocariz también estuvo presente, pero él no me photobombardeó. Hubiese preferido mil veces.

Llegamos a la terminal de buses de Tres Cruces para volver a Colonia. Creo que no hace falta que les cuente la cara de odio con las que nos miraban muchos. Incluso, en una de las cafeterías de la estación, una señora se negaba a atender a cualquiera que fuese venezolano. La verdad, jamás en mi vida había visto a una hinchada tan llorona y picada como la que estuvo en el Centenario. En serio, son muy lloronas y se vuelven muy locas.

La otra historia divertida fue que al contar por twitter algunas de las cosas que habíamos pasado, recibí respuesta de un chico uruguayo (@MartinRises) en la que decía que si logré entrar al estadio fue porque la AUF nos lo había permitido, ya que en Venezuela nos habían estafado. No sé a qué estafa se refiere, pero en todo caso, si existe, no me tocó a mí ni a ninguna de las personas con las que estuve allá (casi 200). También me llamó "malagradecida" (aparentemente tenemos mucho que agradecerles en Uruguay y no nos enteramos), y "flor de atrevida". Pregonaba cordialidad mientras me atacaba y me mandaba a callar. Un tipito verdaderamente genial (y por genial, quiero decir "lamentable") que no lograba ser coherencia alguna entre sus palabras y sus actos.

Lamentablemente Montevideo no me trató muy bien que digamos. Quiero suponer que era debido al contexto específico de ese día y no que esto es así siempre. Igual, le historia no termina aquí. Vendrá una segunda entrega con la pesadilla que fueron las diez horas en Colonia. Estén atentos, que ya #LesCuentoMás.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Ciudad Vinotinto: El proyecto altruista de César Farías



Con la construcción de Ciudad Vinotinto, aseguran que convertirá a Lechería en la capital del fútbol de Venezuela y de Suramérica.

Mi primer contacto con el fútbol lo tuve a los 10 años. Era 1990 y transcurría el Mundial en Italia. Un señor de nacionalidad argentina, amigo de la familia nos hacía ver los juegos de su selección cada vez que podía, y al segundo partido, yo ya estaba enganchada con la “Albiceleste”. Recuerdo poco, la verdad, pero a partir de ese momento esperaba con ansias el paso de los cuatro años siguientes para ver el próximo mundial, con la esperanza de ver a aquel equipo que cayó ante Alemania alzar la copa.
Les confieso que hasta mi adolescencia no sabía que Venezuela tenía una selección, Tampoco entendía muy bien de competiciones locales, mucho menos a nivel de Confederaciones. No me juzguen, era una niña en un país beisbolero.
La primera vez que fui al estadio a ver a la Vinotinto jugar no fue sino hasta octubre de 2002 en un amistoso en el que La selección venezolana le ganó a Ecuador en el Olímpico de la UCV. Era difícil ir a partidos de eliminatoria porque en su mayoría se jugaban en Maracaibo o San Cristóbal, así que el que no podía viajar, tenía que conformarse con los amistosos. El público poco se emocionaba, casi no se veían camisetas de nuestro seleccionado. Los triunfos y empates se recibían con escepticismo. Aquel “Centenariazo” en 2004 se vio como si se tratara de un verdadero milagro, como si Venezuela no mereciera ganar o fuese capaz de jugarle de tú a tú a uno de los grandes de Suramérica. Pocos creían en La Vinotinto.
Sin embargo, muchos manteníamos la esperanza de vernos pronto en un mundial. El Pato Pastoriza había comenzado a abonar el terreno para que luego Richard Páez nos sacara, aunque fuera momentáneamente, del fondo de la tabla de las eliminatorias mundialistas de la CONMEBOL. Los venezolanos empezamos a soñar. Y ahora soñamos en grande. Nuestra Vinotinto dejó de ser “La Cenicienta” de la región. Nuestros jugadores son buscados las mejores ligas, y tal como dice el actual DT, “Venezuela se respeta”. Jugar contra la Vinotinto dejó de ser un mero trámite.
Soñamos en grande, soñamos con ser uno de los grandes, y se están dando pasos para ello. Es así como surge el proyecto Parque Ciudad Vinotinto de la mano de César Farías, cuyo objetivo principal es poder acercar a los jóvenes venezolanos al fútbol mejorar la calidad y el nivel del balompié en Venezuela.
De la visión del Profesor César Farías de poder llevar el fútbol a todos los estratos, sectores, edades y niveles dentro de la sociedad
El lugar destinado para la Ciudad Vinotinto son las 42 hectáreas ubicadas en la avenida Américo Vespucio, específicamente en el sector R16 en la ciudad de Lechería. No sólo será un espacio deportivo, también un parque recreacional y la piedra angular de la nueva Venezuela futbolística. Contará con un anfiteatro, una iglesia, espacios de recreación y esparcimiento e instalaciones deportivas y culturales y debido a la ubicación geográfica y el clima de Lechería, será un lugar ideal para que selecciones internacionales puedan entrenar. Es importante destacar que el Parque Ciudad Vinotinto contará con plantas desalinizadoras y paneles solares garantizarán la auto sustentabilidad y así evitar sobrecargar los servicios en Lechería.
El la F tuvimos la oportunidad de conversar con Jorge Pulido, Director de medios del Parque ciudad Vinotinto, quien muy amablemente respondió nuestras preguntas acerca de este proyecto que promete ser un punto de referencia a nivel mundial
Fútbol es Todo: ¿De dónde surge el proyecto de Ciudad Vinotinto, quiénes son las cabezas detrás de esa idea?
Jorge Pulido: El proyecto Parque Ciudad Vinotinto surge de la visión del Prof. César Farías en poder llevar el fútbol a todos los estratos, sectores, edades y niveles dentro de la sociedad. El fútbol como medio de integración y unión para la sociedad. Como un canal de esparcimiento, entretenimiento y acoplamiento social.
FeT: ¿En qué consiste el complejo (terreno, canchas, vestuarios, es sólo fútbol)?
JP: Al ser un parque, CIUDAD VINOTINTO tendrá en sí mismo varios sectores. Canchas de fútbol, caminarías, paisajismos, restaurantes, anfiteatro, camerinos. Todo lo necesario para el sano esparcimiento y la recreación en familia con el pretexto principal de estar vinculados al balompié.
FeT: ¿Quién/cómo se financia Ciudad Vinotinto?
JP: La actual legislación venezolana a través de la ley del deporte, ofrece a las instituciones privadas y gubernamentales, la posibilidad de obtener un porcentaje alto de las ganancias de las empresas más destacadas del país en beneficio de actividades como esta. Estos altos saldos son descontables de los impuestos nacionales y tiene fuerza de ley su cumplimiento.
FeT: ¿Qué entes participan/gestionan este proyecto?
JP: La asociación civil parque ciudad Vinotinto es el eje central del proyecto. La misma está liderada por el seleccionador nacional Prof. César Farías, quien cuenta con un equipo multidisciplinario para desarrollar este regalo que le quiere hacer a la comunidad de Lechería.
FeT: ¿Qué relación tiene con la FVF, es un proyecto que depende de ella, o tiene total independencia?
JP: La FVF es el ente rector de nuestro balompié. Jamás se actúa a las espaldas de la misma pero en su concepción, el parque no está adosada a ninguna área de la misma, mas allá de obrar siempre por la integración y las buenas relaciones prexistentes con la federación más importante del país.
FeT: ¿Cuántas personas se beneficiarán de Ciudad Vinotinto? ¿Cuál será su alcance?
JP: La comunidad de Lechería, estado Anzoátegui tiene alrededor de 12000 niños en edades comprendidas entre los 4 y los 20 años, ellos serían los primeros beneficiados, mas allá que el concepto es global y para que todo aquel que lo desee pueda hacer vida dentro del parque. Lechería cuenta con una población de no menos de 35.000 habitantes.
FeT: Además de la ciudad de Lechería, ¿qué otras comunidades, y de qué manera se verán beneficiadas por Ciudad Vinotinto?
JP: La proyección del desarrollo es muy amplia. Este parque podrá convertir a Lechería en la capital del balompié venezolano. Sus instalaciones de grama natural y sintética son atractivas para el desarrollo y entrenamiento. La cercanía aérea con Brasil (solo 4 horas) da para soñar y tener por estos lares a selecciones de altísimo nivel preparándose justo antes de la justa, donde esperamos Venezuela haga su debut en esas lides.
Si desean estar al tanto de todas las novedades acerca de Ciudad Vinotinto, pueden seguirlos en Twitter: @.
Agradecimientos a Jorge Pulido y a la Dirección de Medios del Parque Ciudad Vinotinto.

jueves, 24 de febrero de 2011

El Legado de la Copa América: Los Estadios




Con mucha expectativa esperamos el inicio de la Copa América 2011 a realizarse en Argentina el julio próximo.  Argentina se prepara para esta fiesta futbolística con la construcción de nuevos estadios como el Estadio del Bicentenario de San Juan, dónde Argentina y Venezuela se encontrarán para un amistoso el 16 de marzo, y la remodelación de otros ya existentes, como el Estadio Ciudad de La Plata, que se inauguró el pasado 17 de febrero y es considerado como el mejor y más avanzado de Latinoamérica, según dicen algunos por ahí. Es el primer estadio techado de América Latina y cuenta con una cantidad de instalaciones y servicios propias de un estadio de primer mundo.

Sin embargo, y aunque este estadio "quedó hermoso", según las palabras de un reconocido periodista deportivo argentino, él mismo nos recuerda que no debemos olvidar que los estadios construidos en Venezuela en 2006 y 2007 para albergar la Copa América son también de primer mundo. También dice este muchacho de gran trayectoria que hoy por hoy, Brasil y Venezuela tienen mejores estadios que Argentina.

En lo personal no conozco demasiados estadios, ni aquí, ni en Argentina ni en Brasil. En Venezuela lamentablemente sólo conozco el Universitario de Caracas y el Metropolitano de Brquisimeto, y en Argentina conocí La Bombonera y el Monumental, pero fuera de un contexto futbolístico (en el primero hice el tour, al segundo fui a dos conciertos). Y sí, al joven Buscalia le doy la razón cuando dice que el Estadio Metropolitano de Barquisimeto es (o por lo menos se acerca bastante a) un estadio moderno, de primer mundo. Y la verdad, cuando fui a este estadio a disfrutar del Argentina-Paraguay (que tristemente para mí, la Albiceleste entró sólo con 3 de sus titulares), y a pesar de que aún estaba sin culminar la construcción, quedé muy gratamente sorprendida. Ciertamente es un gran estadio, cuenta con asientos para 40.312 espectadores, 3 estacionamientos para 4.000 mil vehículos y 24 asientos para personas con discapacidad. Está debidamente equipado para que el público pueda disfrutar de todos los servicios, como atención médica, cafetines, comercios, protección civil y seguridad. Asimismo, tiene una sala VIP con capacidad para 270 personas y palcos privados para 30 personas. Además tiene cafetines, comercios,  4 ascensores y hasta una agencia de viajes. Me cuentan que el estadio hoy está en muy buen estado, aunque para el momento en que escribo esto no tengo plena seguridad de si se ha terminado de construir (tenía fecha prevista para 2009).

Pero el estado Universitario de Caracas no cuenta con la misma suerte. El estadio es obra del afamado arquitecto venezolano Carlos Raúl Villanueva y fue inaugurado en 1951 con motivo de los Juegos Bolivarianos de ese año. Ha sido sede de grandes eventos como los Juegos Panamericanos de 1983, Copa América en 1975 y 2007 y sede de partidos de eliminatoria de la Vinotinto. Además, fue declarado (como parte de la Ciudad Universitaria) Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 2000.

Con motivo de la Copa América fue reacondicionado, se colocaron sillas en las tribunas (por lo que perdió 8.000 puestos para espectadores), se renovó el engramado y en general se mejoraron y recuperaron muchas de sus instalaciones. Es cierto, las instalaciones han mejorado considerablemente, y en 2007 eso era visible para todos. El cesped en perfecto estado y las nuevas sillas en las tribunas fueron la muestra más evidente de la inversión hecha. Yo miraba el estadio con cierto orgullo. "Qué lindo que quedó! Ya tenemos un estadio como la gente". Pero buena parte de esa inversión se ha dejado perder.

Foto: Arnaldo Espinoza/Estadio Olímpico UCV

Hace unas semanas, y después de unos pocos años volví al Universitario a ver un partido de eliminatoria para la Copa Libertadores entre el Deportivo Petare y el Cerro Porteño paraguayo, y tengo que decir, el estado del campo es deplorable. La falta de mantenimiento y los usos que se le han dado, como las prácticas de rugby de la UCV y conciertos, hacen estragos. Y es que el otrora "símbolo inobjetable de esta gran metrópoli venezolana" ahora nos quedó pequeño. Nos quedó corto, no está a la altura de los grandes estadios de las capitales latinoamericanas, al punto de que desde el 2003 la selección nacional no juega un partido aquí. Dicen que se debe al aforo de 22.000 espectadores que se hace insuficiente, y te lo creo. Pero no es la única razón por la que uno de los estadios más importantes del país no recibe a nuestra Vinotinto hace ya 8 años. Y el Universitario no es el único. Si vieron ayer el juego entre Carabobo y Caracas en el Misael Delgado de Valencia sabrán de qué les hablo. Y es que el problema del fútbol venezolano no es sólo de calidad de los técnicos y jugadores, porque los hay buenos, responsables, comprometidos, profesionales. El problema es mucho más complejo, desde la falta de recursos en los clubes, la falta de mantenimiento de los recintos y no hablemos de la FVF y de Esquivel, cuya fecha de vencimiento hace años pasó, pero sigue guardado en la nevera como un cartón de leche cortada pudriendo el resto con tanta pestilencia.

Yo quiero pecar de optimista y pensar que el Cachamay, El José Antonio Anzoátegui, el Monumental de Maturín y el Metropolitano de Mérida se mantengan como según me dicen, se ha mantenido el de Barquisimeto, y que los más pequeños, los más "viejitos", puedan llegar a cumplir y algún día superar los estándares de calidad que merece nuestro fútbol. Que la calidad no sea únicamente para "los eventos importantes".