Mostrando entradas con la etiqueta El País en que Vivimos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta El País en que Vivimos. Mostrar todas las entradas

lunes, 28 de septiembre de 2015

Trabajo Infantil en Chaco: Lejos de erradicarse, las cifras siguen en aumento

La AFIP detectó trabajo infantil en una tabacalera en Chaco
durante un operativo en 2011 (Foto/Archivo)


Trabajo Infantil Desde 2008 comenzaron a resonar casos de trabajo infantil en el Chaco. Sin embargo, lejos de erradicarse, en pocos años han visto un abrupto aumento debido principalmente a la creciente crisis económica que atraviesa el país.

Junto con la esclavitud con fines de explotación sexual, la explotación laboral se erige como una forma moderna de esclavitud propia de este siglo. 

El trabajo infantil es un mecanismo patronal de explotación que, así como la precarización o el trabajo en negro o esclavo, busca bajar los costos para maximizar ganancias. En Argentina, especialmente en las provincias del norte, alrededor del 20% de adolescentes entre 14 y 17 años trabajan en las actividades de cultivos y cosechas más diversas. 

Ya en 2011, personal de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) detectó presunto trabajo forestal esclavo en parajes del Impenetrable chaqueño, donde se descubrió a una veintena de personas que trabajaban en condiciones infrahumanas. También se constató la existencia de trabajo infantil bajo las condiciones de servidumbre, sometidas al hacinamiento y mala alimentación, entre otras irregularidades. 

Pero el problema, lejos de erradicarse, ha empeorado. En abril de 2014, en el marco de operativos de control del Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (RENATEA), se descubrieron nuevos casos de trabajo infantil en Chaco, esta vez con niños desde los dos hasta los 15 años. 

Los 6 menores (de los que se pudo comprobar que tres estaban abocados a actividades laborales) fueron encontrados en tres campos viviendo en carpas hechas con bolsas de nylon, sin refrigeración para los alimentos ni provisión de agua potable ni baños junto con 58 trabajadores y yerbateros que en su mayoría no estaban registrados como empleados.

Durante las más de 380 fiscalizaciones que hay llevado a cabo el RENATEA desde enero de 2013 hasta la fecha, se encontraron casos recurrentes de trabajo infantil o situaciones que permitían presumir trata con fines de explotación laboral. 

Para agravar aún más una situación de por sí deplorable, la Comisión sobre trabajo infantil que trabaja en conjunto con el Ministerio de Trabajo de la Nación (COPRETI) dio a conocer a partir de un informe la supuesta disminución del trabajo infantil en la provincia, pero dicho  anuncio no fue respaldado por ningún tipo de cifra o medición, ni se conocen los métodos del relevamiento o la calidad de los estudios utilizados por la Comisión.

De hecho, lejos de aplicarse sanciones penales a quienes en contravención de la ley explotan laboralmente a niños y adolescentes, los representantes de COPRETI Chaco apenas y se han limitado a "'concienciar' a las patronales sobre la importancia de no contratar niños". 

La misma COPRETI admite que en la industria de la madera en las ciudades Quitilipi y Machagai abunda el trabajo infantil se trata de un enclave particularmente brutal de la sperexplotación laboral y accidentes de trabajo que desembocan en la incapacidad del niño o adolescente trabajador. Aún así, los inspectores del Ministerio del Trabajo no se hacen presentes, según denunciaron el pasado junio miembros del Partido Obrero.




viernes, 18 de septiembre de 2015

Los números de la Vergüenza




Siempre he sido una idealista empeñada en ver al mundo como debe ser y no como es. Cuando decidí que quería ser Abogado, lo hice convencida de que esa sería la puerta para poder hacer la diferencia en la vida de muchas personas, para poder hacer un país mejor e, ingenuamente, para cambiar un poco a este mundo atroz.

Alguna vez pude hacer lo primero. En lugar de optar por lo convencional de trabajar en un bufete top decidí irme a pasar calor y a ser devorada por mosquitos gigantes en la frontera colombo-venezolana y atender atender a refugiados colombianos en una zona de conflicto. Amé ese trabajo como a pocos.

Regresé a Caracas para trabajar en la Alcaldía de Chacao durante los últimos tres años de gestión de Leopoldo López. Lo que no había todavía aprendido en ACNUR sobre asistir a personas necesitadas de protección, lo terminé de aprender en Justicia Municipal. Mi jefe siempre nos transmitió el valor de trabajar con honestidad, de tratar con respeto y dignidad a nuestros usuarios y de siempre, SIEMPRE mediar con justicia.

Esos eran los valores del Chacao de Leopoldo López, quien el pasado 10 de septiembre fue condenado injustamente a cumplir 13 años, 9 meses, 12 días y 7 horas de presidio por una sentencia política dictada por la Juez Susana Barreiros.

13 - 9 - 12 - 7. Estos son los números de la vergüenza, de la injusticia, de la indignación y de la impotencia venezolanas. 

Junto a Leopoldo fueron también injustamente condenados los estudiantes Christian Holdack, Demian Martín y Ángel González. Christian fue condenado a 10 años. Demian y Ángel a 4 años y 6 meses y los tres con medidas sustitutivas de libertad y régimen de presentación cada 15 días. En ningún caso pudo la fiscalía probar vínculos entre los acusados y los hechos por los que fueron condenados.

Yo me hice Abogado  y me hice adulta en un país con una justicia cada vez más mancillada. Antes de culminar la carrera muchos de mis compañeros y yo nos llegamos a preguntar si valía la pena completar esos cinco años de lecturas interminables, del último repaso lleno

de angustia en los pasillos y cafetines de trasnochos y amanecidas, de materias imposibles sólo para que nos cambiaran las normas según el antojo y la conveniencia de un presidente que de todas formas no las iba a cumplir.

Susana Barreiros y yo tenemos la misma edad. Ambas estudiamos nuestra carrera dentro del mismo contexto socio-político. Estoy segura que mis profesores y los de ella nos inculcaron los mismos conocimientos y los mismos valores para confiarnos la justicia en nuestro país. Yo siempre aposté por usar la ley como herramienta para proteger al débil jurídico, para mantener el orden, para cuidar al Estado de Derecho, porque todavía, incluso viniendo de donde vengo, creo con firmeza en la justicia. Susana en cambio optó tomar un camino acaso menos complicado, que rápidamente le engrosara su cuenta bancaria y le asegurara el beneplácito del gobierno. 

A mí me ha tocado pasar bastante trabajo y por épocas me las he visto negras, pero he logrado lo que soy y lo que tengo por mí misma y gracias a ello. A mí, al igual que a Susana, me tocó formarme presenciando abusos de poder y corrupción, pero también vi a muchos dando el ejemplo y luchando contra eso.  

Es un momento muy difícil para ser Abogado en Venezuela. Peor aún: es un momento difícil para ser venezolano en Venezuela, y sin embargo algunos decidimos asumir la difícil tarea de apostar por Venezuela, incluso hasta el punto, en algunos casos, de sacrificarse de algún modo por el bien común.

Leopoldo es claro ejemplo de ello.

miércoles, 17 de abril de 2013

"La Embajada es mía, Soy Venezolana"


El pasado domingo, tal como hice en Octubre, me levanté temprano, me di un duchazo, puse a colar un café que quedó medio aguado y que a medias cumplió el difícil objetivo de despertarme, y me fui, cédula en mano, a ejercer mi derecho al voto.

Igual que en octubre, teníamos pensado regresar al Consulado a esperar los resultados, pero esta vez, previamente advertidos de la presencia de varios grupos de izquierda argentinos que apoyan al actual gobierno venezolano -por ilegítimo que sea-, decidimos no caer en provocaciones, no ponernos en riesgo, y optamos por reunirnos en casa de un amigo. Todavía no creemos las palabras que salieron de boca de Tibisay Lucena al anunciar que el proceso electoral se llevó a cabo "sin irregularidades" y que con un 1% y faltando votos por escrutar (incluidos los del exterior), había una tendencia irreversible a favor del candidato oficialista.

Hoy todavía no creo en sus palabras, y por eso decidí acompañar a otros compatriotas que residen en Argentina para alzar nuestra voz y mostrar nuestro descontento.

Así, atendiendo el llamado de Henrique Capriles a tocar las cacerolas a las 8 de la noche (Ven), acudimos al Consulado, y a las 9:30 empezó nuestro cacerolazo. Ahí estuvimos, tranquilos pero firmes, dándole palo a esas ollas y coreando consignas a favor de una auditoría. Nada más. Después de un par de horas llegamos a la Avenida Santa Fe con el único propósito de tener visibilidad para difundir nuestra postura. Éramos, calculo yo, unas doscientas personas. En ningún momento alteramos el orden, rayamos paredes, rompimos cosas o siquiera tocamos las puertas del edificio de la Embajada. De hecho, nos mantuvimos detrás del cercado que la separa con la calle.

Al final de la noche, decidimos que al día siguiente haríamos lo mismo, de la misma manera: pacífica y cívicamente. No pudimos. O al menos no en el único lugar que tenemos para ello, ya que desde la misma Embajada de Venezuela, aquella que debe representarnos, esa que debe proteger nuestros derechos, ya había convocado a través de su cuenta de twitter a los mismos grupos de izquierda que las noches del 7-O y  y 14-A estaban ahí, amedrentando es insultando a los venezolanos que queremos un cambio. Decidimos manifestarnos igual, pero a distancia de nuestro único pedacito de territorio en Argentina.

Estos grupos fueron acercándose de a poco al lugar en el que manifestábamos, y los pocos que lograron pasar el cordón policial, con una actitud desafiante nos gritaban "golpistas", "fascistas" y "asesinos".

Golpistas, a nosotros, que únicamente pedimos un conteo manual de los votos, porque tenemos razones suficientes para creer que hay discrepancia. Golpistas a nosotros que ejercemos nuestro derecho a la protesta - siempre pacífica -. Golpistas porque nos negamos a aceptar un gobierno ilegítimo. Golpistas a nosotros, mientras aquel que ya no está se hizo famoso precisamente por llevar a cabo un golpe de Estado a un gobierno democráticamente electo.

Nos llaman fascistas por las mismas razones. Fascistas mientras en la Asamblea Nacional Diosdado Cabello niega el derecho de palabra a los parlamentarios de oposición y destituye a los que presiden las diferentes comisiones sólo porque le da la gana. Fascistas, mientras Andrés Izarra  amenaza a la población civil con enviarles motorizados armados si se atreven a manifestar o Maripili Hernández sugiere que cuentan con 375 mil combatientes. Nos llaman fascistas, pero defienden a ultranza a un militar que estuvo más de 14 años en el poder, y a su heredero, aún a pesar de odiar a los militares de su propio país. Fascistas, a nosotros que sonamos unas ollas y pedimos un recuento de votos. 

¡Asesinos, asesinos! Con una ligereza que deja atónito a cualquiera y sin contemplación alguna, nos llaman "asesinos", a nosotros, que venimos armados con una bandera, una cacerola y nuestras voces. Nos llaman asesinos, mientras en nuestro país la Guardia Nacional dispara contra manifestantes. Nos llaman asesinos, a nosotros que desde hace años exigimos... imploramos por una Ley de Desarme porque no queremos a más amigos y familiares muertos. Me llaman Asesina, pero yo nunca he matado a nadie. Nunca apunté un arma, nunca empuñé un cuchillo.

Hoy el Consulado, por segundo día, permanece cerrado debido a los supuestos "actos vandálicos" que nunca tuvieron lugar. Estamos imposibilitados de hacer trámites, nos niegan nuestros derechos. Eso sí: nunca dijeron una sola palabra sobre las pintas y los grafittis que hicieron los grupos de izquierda argentinos cuando "su" comandante murió, o mejor dicho, cuando finalmente Nicolás Maduro tuvo las bolas de anunciárselo al país después de semanas mintiendo. Es probable que con el puente del 19 de abril, no abran sus puertas en toda la semana. En argentina, los venezolanos no tenemos representación. Más bien, un ente que nos castiga por opinar diferente. 

Sin derecho a la palabra, sin derecho al recuento de votos, sin derecho a protestar, y los que estamos afuera, además sin representación consular.

Pero los antidemocráticos fascistas somos nosotros.


viernes, 12 de octubre de 2012

Después de caer, nos levantamos, nos limpiamos las rodillas y seguimos




Hace unos meses, cuando Leopoldo López decidió retirar su candidatura de las primarias de la oposición venezolana, a pesar de sentirme decepcionada por ya no tener la opción de votar por "mi gallito", pero aún así, me pareció una decisión sensata y beneficiosa para quienes queremos un cambio en nuestro país.

Recuerdo que en ese momento pensé "pues nada, será votar por Capriles, aunque no me termine de convencer". Lo pensé un poco resignada, pero convencida de que entre las opciones que quedaban, ésta era la mejor. Llegaron las primarias de la oposición y Henrique Capriles arrasó en votos con los demás candidatos, y ahí se empezó a construir la base de un sueño de millones de venezolanos que queremos un cambio.

Cuando comenzó la campaña, en la que muchísimos amigos y conocidos trabajaron activamente, y en la que yo, de estar en Venezuela, hubiera participado, estaba convencida de que el camino iba a ser largo y difícil. El abuso que hace el gobierno de los recursos del Estado, la campaña de miedo, la violencia y muchas otras realidades que enfrentamos, darían razón suficiente para desistir, o por lo menos, para no seguir con tanto empeño, para no arriesgarse a penetrar zonas "rojas" del país.

Pero, en cambio, el efecto fue el contrario. La gente se animaba cada vez más y participaba más activamente llevando el mensaje del proyecto de país que nos presentaba Henrique, y, finalmente, a mí me convenció, no de votar por él, porque ya tenía mi voto, pero sí de que su proyecto es el que más se acerca a lo que yo quiero para mi país.

 Lamentablemente esta vez, no logramos el objetivo, pero, aún perdiendo, ganamos muchísimo. 6 millones y medio de personas votamos por un proyecto en el creemos. Por primera vez, desde que tengo edad para votar, voté a favor de alguien, y no en contra de alguien. Voté orgullosa por Henrique, y no me cabe la menor duda de que lo volvería a hacer. Henrique, y todos los que trabajaron con él, nos devolvieron la esperanza y, con ella, las ganas de luchar por el país: la Venezuela que todos queremos, por "La Mejor Venezuela".

También siento un profundo agradecimiento hacia todas esas personas que durante meses recorrieron Venezuela llevando este proyecto a cada rincón, principalmente a Gaby, que creo que fue la mejor vocera que pudo tener esta campaña. Varo, Edgar, Manuel, Melecio, Rosa, Gonzo, Chacho, Maraco, Leopoldo, Freddy, los que trabajaron e el exterior y todos los que hicieron esfuerzos sobrehumanos para poder llegar a tiempo a sus centros de votación y dejar su marca: el país tiene mucho para agradecerles. Yo tengo mucho que agradecerles.

El lunes pasé el día entero en cama. Me desperté a las 7 de la mañana. Amanecí con los ojos hinchados de llorar la noche anterior y  no me levanté hasta las 4 de la tarde. Era necesario. Era justo. Era el tiempo necesario para empezar a comprender lo que había pasado. Ya está. Ya lo asimilé. Ya lo hemos asimilado algunos. Nos levantamos, nos limpiamos las rodillas y seguimos adelante. No vale rendirse. No vale bajar los brazos. Con más razón hay que seguir buscando el camino.

Venezuela nos necesita.


jueves, 11 de octubre de 2012

Así viví el 7-O




Después de semanas de ansiedad, finalmente llegó el día en el que millones de venezolanos saldrían a decidir su futuro. Desde horas antes de la apertura de mesas, ya se veían largas colas de votantes madrugadores y entusiasmados. Yo voté en el Consulado venezolano en Buenos Aires. El proceso fue ágil y sin contratiempos.  Voluntarios de Voto Joven ayudaban a mantener el orden y a facilitar el proceso para los electores. Voté en 15 minutos. La mayor decepción fue al ver que no tenían tinta indeleble, por lo que no podía mostrar mi meñique morado con orgullo, así que Gastón y yo buscamos un bolígrafo y nos los pintamos.

En los alrededores del centro no faltaban quienes vieron la oportunidad de negocio y y aprovecharon para traernos un poco de nuestra extrañada gastronomía y vendían empanadas, arepas, cachapas, jugo de parchita y tamarindo, papelón con limón y hasta guarapita. El ambiente es alegre, la gente está optimista, aunque consciente de que va a ser una contienda bastante reñida, no en el exterior, pero sí en los centros de votación en Venezuela.

Volví al Consulado pasadas las 7 de la noche, y me encontré con algo qué me llamó la atención. Un grupo de personas ataviadas con banderas se encontraban manifestando del otro lado de la avenida. No eran banderas de Venezuela  por el contrario, eran banderas de "movimientos sociales" argentinos pro gobierno. Muchos nos preguntábamos qué hacían allí, ya que para nosotros no tenía sentido su presencia.

Pocos minutos después, los teníamos prácticamente encima, lo único que nos separaba de ellos era una valla metálica movible.Nos gritaban consignas, entre el conocido "Uh-Ah", cantos a favor de Chávez, Cristina y Fidel, y los insultos a los que ya estamos acostumbrados - que no internalizados -. "Escuálido traidor", "Yankee HDP", o mejor dicho, "shankee", pronunciado en perfecto argento. Banderas del Che, de Cuba y si acaso una o dos banderas venezolanas. Un completo sinsentido

Nuestra postura fue la de no caer en provocaciones. No responder, ignorar. Al fin y al cabo, los que votamos fuimos nosotros. Los que decidimos fuimos nosotros. Sin embargo, de a momentos, y en medio de tanta tensión, informaciones cruzadas sobre resultados posibles y ansiedad, algunos respondían con un "ocúpense de su país, estas elecciones son nuestras, no de ustedes".

Fue una experiencia realmente indignante que personas que no saben nada o que saben muy poco de nuestro país, hayan "decidido" (entre comillas porque no fueron por iniciativa propia) a tratar de amedrentarnos, a inmiscuirse en asuntos que nos concernían sólo a los venezolanos. O es que acaso cuando hay elecciones en Argentina, van grupos radicales de venezolanos a amedrentarlos a su consulado? Nunca he visto que eso pase en mi país, por eso no me cabe en la cabeza que pase aquí. Es indignante y una falta de respeto.

No podía dejar de preguntarme qué sentirían todas esas personas si nosotros llegáramos a gritarles en la cara un "viva Ménem!", o peor aún, un "viva Videla!". Así nos sentimos los venezolanos cuando estas personas, que se venden por un par de pesos, nos gritan convencidos "viva Chávez" en la cara. Su respuesta, sin duda alguna, hubiera sido violenta.

Finalmente, y después de hablar con amigos en Caracas que formaron parte del comando de campaña de Henrique que me aseguraban que habíamos perdido, tristes, y con un sentimiento de derrota, decidimos irnos. Si ya la situación era tensa, no queríamos estar ahí para cuando nos anunciaran los resultados con gente burlándose en insultándonos mientras rompíamos en llanto.

Camino a casa de un amigo, recibí dos mensajes: uno de Aldo (mi jefe) y el otro de Damián. Ambos decían lo mismo: "lo siento". Nos cruzamos con una pantalla de televisión en un café que nos confirmó lo que todavía nos parecía increíble. ¿Cómo era posible? ¿Cómo es posible que después de 14 años de desaciertos, de corrupción, de ineficiencia, de inseguridad, de polarización, de apagones, cortes de agua, puentes caídos, refinerías que explotan, calles que se hunden, niños que viven en la calle, secuestros, narcotráfico... muerte, haya gente que siga apostando por esta opción? No lo entiendo, pero es así. Es nuestra realidad.

Despues de horas negación, pasé al duelo. El lunes fue feriado en Argentina, así que no tuve necesidad de levantarme de la cama en todo el día. Pasé el guayabo en pijama y con comida delivery, ojos hinchados y el pelo sucio de no haberme bañado hasta el final de la tarde. Ya está. Los resultados son los que son. ?Y ahora? Ahora a seguir trabajando, a seguir apostando por la alternativa, a no tirar por tierra el trabajo hecho, ni los espacios ganados, porque sigo convencida de que tarde o temprano, llegaremos. Hay un camino.

martes, 29 de marzo de 2011

Historia de un Salmón Arrepentido

Esto le pasó ayer a u amigo en un país en donde, como decía un profesor en el colegio, "todo es posible, y nada es posible". 14 años después, esa frase se hace más y más vigente. Es lo que hace que vivir aquí sea cada vez más frustrante y difícil, por no decir imposible.



En horas del mediodía, saliendo del estacionamiento de la oficina para ir a almorzar, un motorizado acompañado de su novia, tratando de esquivar los huecos de la vía mientras venía a full velocidad, rozó con mi carro, perdió el control y cayó en medio de la vía.. Al momento de la caída la moto le cayó en el pie lo que le produjo una lesión en su tobillo derecho.

Dado que yo iba en mi vía y no hice nada fuera de la Ley, ni me consideraba culpable de ninguna manera, me bajé a ayudar al motorizado y su acompañante. A mi carro no le pasó absolutamente nada, ni siquiera lo ensució...

Como suele suceder en estos casos llegaron en cuestión de segundos 963556mil motorizados más que rodearon y empezaron a caldear los ánimos. En adición su sumaron varios curiosos de oficio y una supuesta "abogado" quien empezó a lanzar hipótesis y diagnósticos de lo sucedido a grito entero... "Ese muchacho tiene fractura en ese tobillo, tu eres culpable, tienes que hacerte responsable, montalo en tu carro y llévalo a una clínica, le debes pagar todo, lo primero es la salud de él, lleguen a un acuerdo y le pagas la moto y así se ahorran el rollo judicial en fiscalía, yo tengo experiencia y estoy haciendo esto por ayudarlos bla bla..." - Señora, váyase tranquila y hágase cargo de sus asuntos, no fomente más el problema...le respondí. Quizás de haberle hecho caso me hubiera evitado todo lo que me vendría después, pero en ese momento, entre la inexperiencia, el susto, la presión de los otros motorizados y lo peor de todo, sabiéndome inocente y confiado en el buen proceder de las instituciones preferí esperar a que llegara tránsito a levantar el choque (el peor error que pude cometer).

Al llegar los fiscales y comenzar a levantar el choque empezaron de una vez a montar todo un teatro... Un carro que estaba estacionado a un lado y que fue movido justo después del accidente no fue considerado en el croquis, la moto fue movida por otro motorizado que junto con la supuesta abogada incitaba a un arreglo entre partes y a que yo tuviera que pagarle todo al agraviado, y que por supuesto cuando llegaron los fiscales aprovechando el alboroto desapareció por arte de magia... Todos estos detalles no fueron considerados en el croquis del levantamiento del choque y ante mi continua queja me repetían: en el comando tránsito ud podrá dar su versión de los hechos, llenará una declaración y podrá firmar o no el croquis del informe final.

Nuevamente (errónea y estúpidamente) confiado en las instituciones, en el buen proceder de los efectivos y en mi hasta entonces supuesta inocencia, seguí las instrucciones de los fiscales. Al llegar los bomberos del Dtto. Capital a atender al lesionado, le echaron betadyne y le pusieron una gasa...y como no tenían ambulancias disponibles (llegaron 2 camiones anti-incendios) practicamente me vi obligado a llevar al motorizado y a su acompañante hasta el Hospital Clínico Universitario, escoltado por tránsito y bomberos.

Una vez que lo dejamos allá fui trasladado hasta la sede del Comando de Tránsito Terrestre en La Bandera, donde debíamos esperar por el informe médico de la lesión para levantar el informe final de tránsito y enviarlo a un fiscal penal del estado quién determina que debe hacerse.

Pasaron varias horas y al ver que el supuesto informe médico no llegaba comienzo a preguntar, a indagar que sucede. Un fiscal de tránsito, encargado del caso, me dice que llame a mi abogado para explicarme el procedimiento y que tomemos las medidas que sean necesarias, pues dada la hora (5 pm aprox) y lo tardío del informe, sería trasladado a una sede de tránsito en Puente Hierro donde estaría detenido 48 horas por averiguaciones, ya que había personas heridas involucradas, hasta que el fiscal del estado dictara sentencia... En una táctica de amedrentamiento e intimidación, les indicó a mis padres que debían ir a buscarme ropa y sábanas para dormir porque a donde me iban a llevar hacía bastante frío.

Fue allí donde empecé a llamar y a molestar a todas las personas que consideré podían ayudarme en esa situación para que "moviendo contactos" pudiera solventar el embrollo.

Al llegar el abogado de la compañía de seguros y viendo la actitud de los fiscales de tránsito me indicó que en base a su experiencia es preferible llegar a un "acuerdo" que proceder por los canales regulares, pues ir a fiscalía implica un expediente legal, el carro detenido N cantidad de días a 150 BsF diarios de estacionamiento (sin garantías a que te lo entreguen en buen estado o sin desvalijar), quedar bajo un régimen de presentación ante tribunales cada 15 o 30 días por 6 meses y un sin fin de penurias producto de nuestro ineficiente y burocrático sistema judicial.

Habiendo agotado todas las opciones posibles y tras una agotante espera de mas de 10 horas llegó llegó el informe médico, el cual indicaba que el motorizado sufrió un traumatismo menor en uno de los ligamentos del tobillo derecho... Siendo las 10 de la noche y con el diagnóstico del informe, la opción era enviar los documentos a la fiscalía o llegar al "acuerdo". Enviar el informe implicaba que de todas todas me trasladarían a Puente Hierro y tendría que quedarme detenido una noche en una celda, pues la Fiscal de turno nunca respondió y debía esperar al día siguiente, a pesar de la presión que había logrado hacer con los "contactos" que llamé, pues el comisario encargado del comando salió y ante el estupor de todos dijo: ¿Tienes contactos no chamo? Para acá ha llamado todo el mundo por tu caso... Sea lo que sea yo no me voy a meter en ese peo, el fiscal que lleva tu caso es autónomo de tomar su decisión a pesar de estar bajo mi mando, así que arréglense uds porque él está restiado a que esto llegue al final llame quien llame...así que buenas noches... Y simplemente se fue...

Mi lucha idealista y fútil contra el sistema de corrupción que socava nuestras instituciones de nada sirvió porque al final tuve que ceder y sucumbir al poder de la maquinaria que mueve a este país... El fiscal me pidió 5mil Bs.F. y hacerme cargo de los daños de la moto y las medicinas del lesionado, él rompía todos los papeles e informes y nunca pasó nada. En caso contrario él mismo se encargaría de retrasar y poner la mayor cantidad de trabas posibles para que mi caso tardara en salir y se complicara aún más...

Luego de negociar y llegar a un acuerdo por Bs.F 1.500 y arreglar con el motorizado que le pagaría el espejo y la pata de la moto dañadas, así como el antiflamatorio y el antibiótico que le recetaron,  me dejaron ir a las 11 de la noche, con la moral por el piso, extorsionado, frustrado, decepcionado, impotente, en fin...con un sentimiento de que lamentablemente aquí impera la ley del más fuerte, del soborno y la extorsión, donde no se puede ser un idealista que confíe en las instituciones del estado sin tener el dinero necesario para que esto sea así, definitivamente no se puede ser un salmón nadando en contra de la corriente en un mar de corrupción, desidia y desgobierno.

Antonio Roque.