miércoles, 3 de junio de 2015

Fearless Day 3: Confront




El Reto: Confrontar fantasmas. confrontar a mi agresor. Hace varios años fui víctima de un ataque. Mi agresor era alguien a quien conocía. Alguien a quien le tenía algo de confianza. Alguien a quien además, admiraba. Alguien que un buen día decidió forzarse sobre mí y luego se justificó afirmando que "lo hizo por amor".

Hace poco decidí que había llegado el momento de soltar. Dejar ir el miedo, pasar la página. Perdonar.

Hace varios años que no he sabido nada más de él, pero aún así decidí escribirle una carta explicándole cómo me hizo sentir, cómo soy más fuerte ahora y diciéndole que lo perdono. Se la envié a través de la única manera que encontré para contactarlo. No sé si hasta hoy la ha leído. No sé si la leerá.

decidí hacer la carta pública, porque no soy yo quien debe esconderse, porque nunca he sido yo quien deba sentir culpa, y porque para mí, escribir ha probado ser la mejor terapia.

El Miedo: Hablar de temas tan delicados, más cuando tocan tan de cerca, cuando se ha sido víctima es, cuando menos, difícil. Durante muchos años se me hacía imposible hablarlo. Las palabras no salían por miedo a ser estigmatizada y una sensación de vergüenza que no me correspondía.

El Resultado: Siento que me literalmente me saqué de encima un yunque de acero enorme. Con el tiempo una aprende que hay situaciones que por más que nos dejan marca, no nos definen. He aprendido también que está bien pasar la página, y que de todo se sale.


Edit 2021: no te he perdonado un coño'e madre, pero qué bien se siente finalmente sacarlo todo a la luz.

domingo, 31 de mayo de 2015

Fearless Day 2: Waxing by myself



El Reto: 

Waxing my eyebrows... on my own. y que además, queden bien. Desde hace un tiempo tengo un fuerte ataque de cejas. Mi madre, que está en Caracas, pegó el grito en el cielo cuando me vio hace unas semanas por Facetime y me mandó a ir inmediatamente a alguna peluquería para que me las arreglaran. No lo hice. Hoy no aguanté más, pero las peluquerías cercanas a mi casa están cerradas, así que decidí tomar cartas en el asunto y calentar la cera.

El Miedo: 

Hacer un desastre, que me queden disparejas, y, en el peor de los casos, quedarme sin cejas y tener que recurrir a un marcador (oh my Dior, líbrame!). La expresión de mi rostro puede llegar a cambiar considerablemente, y si no hago esto bien, voy a tener que inventarme una muy buena excusa para no tener que salir en público durante las próximas semanas. Está eso, y pues, el dolor.

El Resultado:

La primea quedó bien. Con la segunda se me fue un poquito la mano, así que tuve que volver a la primera para emparejar, y aquí empecé a rezar. "Santo Niño Jesús de Atocha, no permitas que la cague más!". Al final quedaron bastante decentes -digo yo-, y creo que con un poquito de práctica y paciencia, algún día lo lograré. Y tampoco duele tanto.

sábado, 30 de mayo de 2015

Fearless Day 1: Blind Date



El reto: La cosa es así: hace cuatro años vivo fuera de mi país. Trabajo tiempo completo, estudio y la verdad salgo muy poco, y si bien en el último año llegué a conocer a muchísimas personas geniales, en general se hace difícil conocer gente nueva. So it's kind of hard to click with someone and start dating. So I kinda met this guy on the internet (sí, lo sé... yikes!), and decided to go for it, because why not? (Ok, so there are a million reasons not to, but whatevs). Decidí darme a mí misma oportunidades, y de dárselas a otros. No es que estuviera muy convencida, porque la verdad poco habíamos hablado, y tampoco es que en principio me encantara, pero supuse que ir a tomar un café un lunes feriado no podría hacer daño.

El miedo: tantos, tantísimos. Desde lo más simple, que es pasarla mal, no congeniar, que sea aburrido o un maleducado, hasta lo más terrible que me pueda imaginar, que es que el tipo sea un psicópata y me dejara cortada en pedacitos en el basurero municipal.

El resultado: La pasé bien. Tomé café, conversé un rato. Saben cuando conocen a alguien y se miran por primera vez y sientes algo familiar, como si se conocieran desde siempre, la química es absurdamente increíble y piensas "éste es"? Bueno, no fue el caso, porque eso sólo me pasó dos veces en la vida, pero igual me divertí. Está bien no quedarme encerrada en casa pensando qué podría estar haciendo en lugar de estar ahí.





Fearless




Hace unos días vi un post en Buzzfeed sobre una estudiante venezolana en Nueva York que para un proyecto clase decidió probar hacer cosas que la asustan, cosas que usualmente no se atrevería a hacer, cosas que nunca ha experimentado. 

El resto es enfrentar un temor cada día durante 100 días, y así vivir la vida al máximo. Muchos de sus retos me han servido de inspiración para hacer mi propia versión #100DaysWithoutFear. De hecho, hay varios "sustitos" que compartimos y que aprovecharé para dejar atrás. También será un gran ejercicio para darme cuenta de cuántas cosas me he estado perdiendo por no atreverme a decir, a hacer, a sentir o a pensar.

Probablemente no llegue a los 100 retos, y seguramente no haré uno por día por cuestiones de tiempo y logística, pero sí los iré posteando aquí. Algunos sin proponérmelo ya los he pasado así que saldrán publicados con retroactivo. Eso sí, no esperen fotos o videos increíbles porque tengo ciertas limitaciones tecnológicas y la verdad no tengo la más pálida idea siquiera de qué programa puedo usar para hacer que un video se vea medianamente cool.

De a poco les iré contando más. Por lo pronto, iré dando pequeños pasos para salir de mi zona de confort y disfrutar más lo que el mundo tiene para ofrecer.


domingo, 17 de mayo de 2015

Yo soy así, y nada más (Confesión Nº 5 - De por qué fallo olímpicamente)


  • Soy terca. Soy necia. Nunca quiero perder, y si no la gano, la empato.
  • Pero igual pierdo.
  • No quisiera perderlo.
  • Too late for that.
  • Requiero atención. Mucha. Estoy trabajando para mejorar eso. Me está costando un huevo. No me recriminen. Entiendan y bánquenme.
  • Necesito entender el porqué de las cosas. Por qué las personas no son coherentes con sus acciones y sus palabras, cómo funcionan ciertas cosas o por qué a veces no funcionan. No entender me vuelve loca. En serio, me come la cabeza. 
  • Tengo miedo de que no me quieran porque mis defectos pesen más que mis virtudes.
  • Me pongo insoportable cuando me está por venir. Lloro, me tomo todo personal, mis ya absurdos niveles de sensibilidad se intensifican y necesito mucho chocolate para sobrevivir.
  • Realmente quise que las cosas funcionaran con él. Tenía tantas ganas que lo arruiné. ¿Por qué? Porque me gusta que me paren bolas. Él también puso su grano de arena para joderlo. No pienso asumir toda la responsabilidad yo sola. Tampoco la boludez.
  • No sé estar en una relación. Sólo tuve una que fuera duradera, aunque han habido otras significativas. No sé muy bien por qué estuve la última y cómo duró lo que duró. No teníamos nada en común, él me tiraba abajo y la verdad no me sentía acompañada. De lo que sí estoy segura es que haberla terminado fue la mejor decisión que tomé en todo 2014.
  • Odio que en estos tiempos cibernéticos las relaciones se den a través de whatsapp. Así nacen, crecen y terminan muriendo rapidiiiiito. Casi siempre las jode el que cada quien le dé la entonación que le dé la gana a lo que escribe el otro. Cómo explicar que el problema no es lo que dije, sino lo que decidiste interpretar?
  • Hace unas semanas le compré una franela A-RRE-CHÍ-SI-MA porque sí, porque me provocó y yo hago las cosas porque me provoca. Ahora no sé qué hacer con ella. Soy medio boluda, vieron?
  • Estoy considerando volver a terapia. Bah, el neurólogo me mandó al psicólogo, so I guess I kinda have to.
  • Estoy por convencerme de que en otra vida fui una gran hija de puta con la gente. Sólo eso puede explicar por qué ahora, que trato de ser la mejor persona posible con los demás, de una u otra forma termine con los platos en la cabeza. It's karma, bitch!
  • Le doy demasiado valor a la gente que quiero. Les doy mucho y en en esa medida espero que me  correspondan. Error. Nunca hay que esperar anda de nadie. Eso me lo enseñó una persona a la que le di mucho, para la que siempre estuve, a la que siempre apoyé, y que decidió abandonarme porque no soy la persona que quiso que fuera. Fuck logic!
  • Si no me pudo aceptar como soy, entonces mejor que se haya ido.
  • I've always been too forgiving. En el último año he aprendido a mandar más a la mierda. Se pierden afectos, se gana tranquilidad.
  • Lo cortés no quita lo valiente. Si se incrustan esta idea en el cerebro, vamos a evitarnos muchos conflictos al pedo.
  • Me creí eso de "it's not a matter of "if", but "when". Did he actually mean it?
  • Este último conato de relación ha sido de lo más confuso. Nunca terminé de entender nada. Pero lo que digo es NADA.
  • Tampoco es que tengo derecho a quejarme. No éramos nada. Salimos poquísimas veces y casi todas acompañados de terceros. So why am I making a big deal out of it? 
  • Porque la pasamos genial siempre. Porque es divertido. Porque la química es increíble. Porque le gustaba abrazarme largo y fuerte. Porque ama Star Wars. Porque entiende y comparte lo que me hace sentir Barcelona. Porque su sonrisa me desarma. Porque ese primer beso me hizo temblar.
  • En el cara a cara era perfecto. En el chat not so much. Podía ser frío, indiferente, despreocupado. Entienden por qué odio whatsapp? So why am I making a big deal out of it? Volver al punto anterior.
  • Me duele no haberle valido siquiera una respuesta.
  • Still, quisiera verlo una última vez. I'm a moron, aren't I?

miércoles, 6 de mayo de 2015

No pudiste romperme

Me tomó muchos años y mucha fuerza poder escribir esta carta. No sé si algún día llegue a su destinatario. Quizás ya no sea tan importante. Lo que sí es liberador poder finalmente expresar en palabras lo que durante tantos años he mantenido encerrado. Las heridas necesitan sanar, y éste es mi modo.




Á.,

Han pasado doce años desde esa mañana de un lunes de primavera en la que nos encontramos después de cuatro vueltas al sol sin vernos. Confieso que tenía ganas de verte después de tanto y a pesar de aquel desencuentro la noche que nos conocimos. Me entusiasmaba la idea de sentarnos con una taza de café en la mano y sostener infinitas charlas existenciales entre las que se colaba alguna que otra trivialidad.

Recuerdo que fue una mañana deliciosa. El aire estaba fresco,el cielo despejado, el sol iluminando nuestras sonrisas. El parquecito de la esquina escuchaba todas las historias que nos contábamos. Todo era simple,bonito y perfecto.

Volvimos a tu casa por ese café. Y por los libros. Te morías por mostrarme los libros que recién habías comprado. Me encantaba ver lo maravillado que estabas al leerme fragmentos de sus páginas.

Finalmente había aprendido a confiar en ti. Tú y yo sabemos por qué antes era tan difícil y lo que costó llegar a este punto. Yo ese día creí que genuinamente querías que pasáramos un rato chévere juntos, como cualquier par de viejos conocidos, como había sido hasta ese momento del día.Un reencuentro después de años. Y ya.

Me besaste. Te dije que estaba saliendo con alguien y que no estaba dispuesta a poner en riesgo esa relación. Entendiste. O fingiste entender, porque menos de 10 minutos después me besaste de nuevo, esa vez sin sutilezas.

Hay días en que todavía siento el peso de tu cuerpo imponiéndose sobre el mío; la fuerza con la que sujetabas mis muñecas por detrás de mi espalda.En mi cabeza escucho con claridad tantos “¡para, por favor para!” que entre sollozos se iban debilitando. En pocos minutos rompiste mucho más que la confianza.

Durante meses me costó entender por qué lo habías hecho, porqué no saqué más fuerzas para detenerte, por qué luego, en un momento de letargo emocional, permití que caminaras a mi lado para acompañarme hasta mi trabajo, por qué guardé silencio. Hay mucho que todavía no entiendo.

Sé que durante mucho tiempo tú tampoco habías entendido que habías hecho algo mal, que me habías dañado, pero eso no te exculpa. Sé también, por algún amigo en común que un día finalmente lo entendiste, y sé que, aunque alguna vez dijiste quererme, poco te importó.

 Lo que sí aprendí con el tiempo fue a dejar de sentir vergüenza, a no disminuirme por algo que hiciste tú, a no temerte, a ser fuerte, a no dejar que tu violencia me definiera aunque haya influido en quién soy hoy. No pudiste romperme.

No sé dónde estarás ahora, o si lo que me hiciste se lo has hecho a alguien más. Espero que no. Espero haber sido yo la única. Espero que sacaras algún aprendizaje de todo esto.

No espero en cambio que me pidas perdón, Á., porque ya te he perdonado. 

EDIT 2022: No sé por qué en el pasado, queriendo dármelas de fuerte, insistí en "haberte perdonado", pero sabes qué? No soy tan gran persona. How soy más sincera: espero que el karma te caiga. 

sábado, 28 de febrero de 2015

El fenómeno del histeriqueo





Hay cosas sobre mudarte a otro país que no te enseñan en la escuela, ni vienen en el tríptico que te regalan en el puesto de información turística una vez que has pasado migraciones.

Nadie te explica, por ejemplo, que en ningún lugar que no sea Venezuela, puedes pedirte "un marrón" sin que te miren feo, porque ¿a quién se le ocurre que alguien pueda referirse al café cortado como "un marrón"? 

Tampoco te dan un manual en el que se te enseñen los rituales y técnicas locales de flirteo y conquista. Hace casi cuatro años que vivo en Buenos Aires, y todavía no le tengo la maña a los argentinos. Para empezar, hay una brecha cultural que algunos al principio no alcanzamos a percibir. Hay gestos que aquí son señal inequívoca de algo, mientras que en Caracas se leen literalmente. Por ejemplo, si en un local en Caracas un tipo me invita a bailar, una te baila par de canciones con él, agradece la invitación y regresa a su mesa, y el pana se va feliz porque echó un pie. Si en cambio le aceptas la misma invitación a un porteño en un boliche capitalino, tácitamente estarías aceptando que "da para darse". Pero ¿y si lo único que yo quiero es echar un pie? Entonces soy una histérica. Claramente manejamos códigos distintos.

Otra cosa que tampoco te cuentan es que no es tan fácil conocer gente en esta ciudad. Si conoces a un tipo en un bar, y pegan onda, lo más probable es que eso termine en un polvo y adiós luz que te apagaste. O si realmente se llevan bien, quizás salgan dos, tres o cuatro veces, todo vaya estupendamente bien y luego, no pasa nada más. Cero. Zip. Y adiós luz que te apagaste, porque aquí te aman un par de días y luego pierden el interés. Supongo que es porque una no los maltrata. Estoy convencida de que aquí les encanta que los traten mal, y por eso las argentinas nos ganan la partida a las extranjeras, que sí somos chéveres.

Les tengo una noticia, chicos: el "histeriqueo porteño" no es un fenómeno exclusivo de las minitas. Ustedes pueden llegar a ser tanto o más histéricos que ellas, al punto de que algunos seguramente deben estar clínicamente diagnosticado con bipolaridad.

Pongo como ejemplo, mi amigo Juan, a quien alguna vez le gusté (y obviamente también me gustó) y ahora se supone que no pero igual me vive lanzando miraditas juguetonas e indirectas nada sutiles. No viene a mi casa a tomar un café si no hay chaperón porque -and I quote- "es que si estamos vos y yo solos no voy a poder controlarme". Luego se hace el que no, y cuando lo llamo "histérico" dice que yo estoy delirando. Muchacho, ya estás grande, hacete cargo y admití que te gusto, aunque sólo sea para sacártelo del pecho.

Y si no quieres asumir tu barranco, no me calientes la pava. ¿Va?

Honestamente eso me saca de quicio, pero aquí parece ser normal. Es parte del juego de conquista. El histérico te seduce, te demuestra que se derrite por ti, te tienta constantemente, y en el momento en que decides pararle bolas, ah, no. Ya no. Desinterés y rechazo. Esto lo tienen que declarar formalmente como una psicopatía o algo, porque no puede ser que anden por la vida tan impunes haciendo que una quede como una idiota.

Una no es una idiota, ni una delirada que interpretó mal mínimas señales de simpatía. Es usted, Señor o Señorita Histeria que tiene un problema de ego y necesita calentar a los demás para sentirse importante.

En lugar de eso, mi recomendación personal es que aprovechen que ya captaron el interés del otro and get jiggy with it. Dejen de jugar, empiecen a disfrutar. 

En pocas palabras: terminen de salir de la pubertad.