Hace exactamente un año y un día escribí mis resoluciones para el 2011. A la mayoría las creí imposibles de cumplir, más que nada por un tema presupuestario. Sin embargo, echando un poquito para atrás y leyendo el mencionado post, me di cuenta que precisamente aquellos propósitos que parecían más difíciles, fueron precisamente los que cumplí. Puedo decir, que a diferencia de 2010, que fue una mierda de año, el 2011 lo cierro con un muy buen balance. Que si tuve algún traspié? Obviamente, como todo el mundo, pero como dice la muy sabia Raquel Revuelta: "de to' se sale". Y yo he salido.
Hace un año decidí que en octubre, a más tardar, me estaría mudando a Argentina, un plan que tengo desde los 18 años y que realmente nunca me ocupé de llevar a cabo. Lo logré. El 26 de junio de 2011, a las 11:50 de la nochepasaba el control de migración y mi amigo Nacho me esperaba al otro lado. Aproveché la muy conveniente fecha de mi llegada, y un par de semanas después veía a la Vinotinto de mis amores jugarse el tercer lugar de la Copa América contra Perú en La Plata. No sólo vi un partido de la Copa, no... Vi a mi Vinotinto hacer historia. No ganamos ese partido, pero vamos, fue el único que perdimos, y yo lo viví todo de cerca.
Importante: conseguí trabajo. Me costó. Me di más de un golpe. Me las vi realmente negras por unos meses porque empecé trabajando para un tipo que resultó ser un verdadero HDP y me dejó prácticamente en la calle. Pero ahora estoy bien. Un buen trabajo, un jefe buena onda, que me trata como familia (aunque aún hay que trabajar un poco el sueldo, pero eso viene). Poco a poco, que se va logrando todo.
En el 2011 tuve la dicha de conocer a personas más que maravillosas que no hicieron sino sumar y sumar y regalarme cientos de momentos y recuerdos para enmarcar (sí, estoy cursi... déjenmÉN!). También tuve un amor, o bueno, algo así. Lo quise mucho y lo recuerdo bonito. Eso es lo importante.
En el 2011 tuve la dicha de conocer a personas más que maravillosas que no hicieron sino sumar y sumar y regalarme cientos de momentos y recuerdos para enmarcar (sí, estoy cursi... déjenmÉN!). También tuve un amor, o bueno, algo así. Lo quise mucho y lo recuerdo bonito. Eso es lo importante.
En cuanto al crush platónico, aún no lo conocí, pero también es cierto que lo cambié por otro (al que sí conocí ya y es absurdamente adorable y más guapo que #MásGuapoYSeMuere), así que digamos que sí: cumplí.
Algunas cosas las sigo teniendo pendientes: volver a las tablas, hacer ejercicio (aunque he bajado de peso), saltar en paracaídas... Y por supuesto, hay metas nuevas y proyectos que se asoman por ahí (ya les contaré de qué se trata). Por lo pronto, prometo escribir más, y más seguido, y volver a las notas futboleras de la F. Se vienen cosas lindas!